Artífices de la alfarería, la cultura tumaco se extendió a lo largo de la costa desde el área de Esmeraldas en Ecuador hasta la región de Tumaco en Colombia. Una zona de densas selvas tropicales, altas precipitaciones, abundante vida silvestre, atravesada por amplios ríos navegables con manglares e islotes.
Conocida como la cultura la tolita por los numerosos montículos de tierra o tolas encontrados en sus asentamientos. Entre los que destacan, uno en la Bahía de Tumaco en Colombia y otro en la Isla de La Tolita en Ecuador.
Los tumaco ubicaron sus viviendas y templos en los islotes, sobre montículos para protegerlos de posibles inundaciones. También se desplazaban en canoas a lo largo de la costa, entre los cayos e incluso en las llanuras.
Reseña histórica de la cultura tumaco.
Algunos arqueólogos han revelado que la cultura tumaco se desarrolló entre los años 700 A.C. y 500 D.C. Aparentemente su origen estuvo enraizado con la cultura Olmeca de Mesoamérica, ya que existen similitudes entre ambas representaciones artísticas. Asimismo, se asegura que estos habitantes llegaron por el océano Pacifico a Perú, integrándose a la cultura Chavín, posteriormente migraron hacia Ecuador y Colombia. Por otra parte, existen evidencias del vínculo de los tumaco con otros grupos indígenas ecuatorianos como Jama-Coaque y Bahía.
Históricamente, se han determinado diversas etapas para la cultura tumaco, tanto para la zona de Tumaco como para La Tolita, de acuerdo a ello tenemos:
Tumaco, en el área colombiana, que constó de diferentes fases:
- Inguapí (325 al 50 A.C.), con dos períodos de ocupación y rasgos chorredoides.
- Balsal y Nerete (50 A.C).
- El Morro (430 D.C.), ubicado en el yacimiento del mismo nombre.
La Tolita, en la costa norte de Ecuador, tuvo los siguientes períodos:
- Formativo tardío (600 al 400 A.C.).
- Transición (400 al 200 A.C.), se inician las transformaciones en el patrón de asentamiento, hay una mayor dependencia agrícola, y se incrementa la actividad ceremonial.
- Esplendor (200 A.C. al 400 D.C.), se consolida La Tolita como centro ceremonial y urbano. Hacia finales de esta fase, a pesar de aumentar la producción de objetos cerámicos, se aprecia una decadencia en la calidad artística, hasta que el centro pierde prestigio.
Finalmente mezclándose con otras culturas, permanecieron hasta la conquista, siendo obligados a convivir con los negros en el trabajo minero.
Organización sociopolítica de la cultura tumaco.
Políticamente la cultura la tolita se organizó en señoríos con una jerarquización social basada en las funciones laborales o las actividades políticas. De esta manera, el poder político y económico estaba representado por la élite gobernante en los diferentes centros semi-urbanos. Mientras que la clase baja estaba conformada por los campesinos, y otra superior, como orfebres y artesanos, desligada a las actividades de subsistencia.
Estos señoríos de la cultura tumaco, eran gobernados por autoridades teocráticas que no producían nada, más bien, su sustento era suministrado por los trabajadores de la más clase baja. Además, entre otros privilegios que poseían los dirigentes, estaba en ser los únicos que podían recibir sepulturas en los montículos. De igual forma, dirigían tanto la vida ceremonial como la actividad económica de la comunidad. Adicionalmente empleaban la deformación craneana como un símbolo de rango social.
Dentro de la sociedad de los tumaco, el chamán cumplía un importante papel de liderazgo por sus conocimientos religiosos. Revestido de poderes para comunicarse con el mundo espiritual, representaba el mediador entre el mundo cosmológico y la colectividad. Según los descubrimientos, se supone que usaban máscaras de felinos y ataviados de pieles para simular un jaguar. Otro personaje que gozó de respeto y admiración por parte de la población fue el anciano, lleno de sabiduría y experiencia.
Si los tumaco tuvieron un vehículo para expresar su pensamiento y sentido religioso, fue a través de su arte.
La actividad económica de la cultura tumaco.
Fundamentalmente la economía de la cultura tumaco se basó en el cultivo del maíz, calabaza, yuca, algodón y coca. Para sembrar en las llanuras adecuaron las tierras usando un complicado sistema de irrigación. Este mecanismo de grandes dimensiones, contaba con zanjas que medían entre 4 y 9 metros de ancho, y camellones de 4 a 20 metros de ancho, con una altura de 50 centímetros de alto. También emplearon herramientas de laboreo agrícola para el arado y la siembra, como hachas de forma trapezoidal o rectangular.
En un ecosistema de manglares con abundantes recursos marinos, la pesca artesanal constituyó una actividad importante. Para la que usaron pequeñas canoas, redes con pesas de piedra y anzuelos colocados en línea. Asimismo, la economía se complementó con la caza de fauna selvática como aves, reptiles y mamíferos. Por otra parte, trabajaron el metal para fabricar adornos, con el oro y el platino que sustraían de la arena de los ríos.
Su ubicación en las desembocaduras de los torrentes montañosos, facilito el comercio con las tribus de la sierra. Igualmente mantuvieron nexos comerciales con poblaciones costeras del océano Pacifico, a través de redes de intercambio.
El aspecto religioso de la cultura tumaco.
La cultura la tolita con una creencia politeísta y animista, adoraba una amplia gama de seres míticos. Entre los que se destacaban animales como el jaguar, serpiente, águila, arpía, caimán y mono. Siendo el jaguar, la principal deidad asociado con el bosque tropical, además con la fortaleza, fecundidad y virilidad. La serpiente se relacionaba con la regeneración de la vida o la transformación.
Este complejo mundo espiritual era representado mediante imágenes cerámicas o metálicas como resultado de una estrecha relación con el entorno. La expresión religiosa también se reflejó en una cantidad de obras arqueológicas destinadas al culto y a la función sacerdotal. Estos últimos, tenían una participación activa en los rituales, que incluían el consumo de plantas estimulantes y el uso materiales naturales.
Con respecto a los ritos funerales, enterraban a sus muertos acostados de lado, con joyas, ropa y utensilios fúnebres.
Los centros ceremoniales de la cultura tumaco.
Entre los principales centros ceremoniales de la cultura tumaco se encuentran:
La Tolita.
Considerado como el gran centro ceremonial de la cultura tumaco, la isla de La Tolita constituyó el epicentro para intercambios comerciales. En él se obtenían recursos minerales como la obsidiana, cuarzo, jade y esmeralda, las cuales tenían un alto valor simbólico por su uso en las ceremonias.
Localizada en la desembocadura del río Santiago, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas, se caracterizó por sus numerosos montículos. Particularmente esta isla se convirtió en un gran taller de orfebrería, cerámica y metalurgia donde se elaboraban figurillas que representaban a los seres míticos y deidades. Así una abundante cantidad de trabajos rescatados de esta cultura se encuentran en el Museo del Banco Central de Quito.
Uno de los montículos más representativos se encontraba en el centro de la isla, que era usado como sitio fúnebre. En él se hallaron restos de cadáveres humanos y animales, siendo la talla del hueso otra de las manifestaciones del lugar. Además, La Tolita cuenta con otras islas como la Tolita del Pailón, Tolita de los Ruanos, Tolita de los Castillos.
Tumaco.
Ubicado a cien kilómetros de la isla de La Tolita, desde donde hay más fácil acceso. En estas tierras caracterizadas por costas y llanuras fluviales, se desarrolló una etapa de la cultura tumaco en pequeñas aldeas. Cuyo progreso se dio en cuatro áreas fundamentales de asentamiento: Inguapí, Balsal, Nerete y El Morro.
En el año 2011, un equipo de antropólogos recuperó de esta zona 3.228 fragmentos cerámicos y 54 elementos de piedra. Entre los que destacan utilería para moler granos, rayar tubérculos, cortar, raspar y golpear otros materiales, además de recipientes.
Manifestaciones de la cultura tumaco.
Encontrándose los tumaco, entre los alfareros más sobresalientes, no solo de la época precolombina, sino de todo el continente americano. Trabajaron el arte cerámico con dos técnicas, una moldeada a mano y otra vaciada en moldes, lo que explica la frecuencia de piezas repetidas.
Reconocidos por sus figurillas humanas realistas, generalmente pintadas y decoradas con adornos corporales, con un claro significado religioso. Ello revela la cantidad de figuras encontradas en entierros o cerca del mar, muchas descabezadas como parte de un ritual.
También con arcilla arenosa y grisácea elaboraron piezas que incluían jarras, cántaros, tazas, quemadores de incienso, platos, alcarrazas, botellas, etc. Para decorarlas usaron métodos como la incisión sobre la arcilla fresca y la pintura con tonos rojo, blanco, carmelita, negro.
Otra de las manifestaciones de la cultura tumaco es la orfebrería, usando la técnica tumbaga, fabricaron figuras y ornamentos corporales. Las figurillas con motivos zoomorfos permiten constatar un minucioso arte artesanal y la intensa vida ceremonial de los tumaco. Siendo los primeros en el mundo en trabajar el platino, que era encontrado debajo de la arena de los ríos en forma de pepitas aisladas. La producción orfebre de esta cultura también incorporó materiales como el oro y la plata.
Realizaron hachas y cinceles con piedras, adicionalmente las piedras semipreciosas, se usaron para decorar las distintas piezas de oro.
Aunque los datos históricos de la cultura tumaco son escasos, las evidencias artísticas encontradas hasta el momento, conforman una de las más variadas que haya dejado civilización prehispánica alguna.
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