Indudablemente, la cultura Tolteca marcó una transformación en la arquitectura de Mesoamérica, cuyos propósitos místicos y ceremoniales, se entrelazaron con elementos mitológicos o políticos, envueltos por una singular estética, que les valió la denominación de maestros constructores, ya fuera la construcción de pirámides o la edificación de templos toltecas, obras que se edificaban de manera simultánea y combinada.
Características y funciones de los templos toltecas.
Los templos toltecas se ubicaban en el centro de las ciudades, y se caracterizaban por su enorme tamaño cuadrangular, elevados sobre una plataforma de piedra de cortes perfectos con escalinatas que llegaban a la parte superior del mismo. También contaban con amplias áreas techadas, sujetas con vigas de madera y columnas de piedra. Generalmente las columnas eran talladas con figuras de guerreros o serpientes emplumadas, así como con macabras escenas de seres humanos y cráneos.
La magnitud y el esplendor de los centros ceremoniales toltecas, les otorgó a ciudades como Tollan-Xicocotitlan o Tula, Huacapalco y Chichén Itzá, una proyección de veneración a los dioses, convirtiéndolas en núcleos religiosos conducidos por sacerdotes, adicional a las funciones de gubernamentales y comerciales que en ellas se ejercían.
Importantes templos toltecas.
Constituidas como centros religiosos, en las siguientes ciudades se encontraban los templos toltecas más importantes.
Tula.
Siendo el principal emplazamiento de la cultura tolteca, se distingue el llamado Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, conocido también como pirámide, por su basamento compuesto de cinco terrazas. Sus paredes presentan una decoración tallada de jaguares, coyotes y águilas engullendo corazones humanos y la efigie del dios Quetzalcóatl. El templo asociado al Dios del Amanecer, posee una altura de 9 metros de alto. Aparte, una amplia habitación con columnas de piedra con representaciones de guerreros, mientras las ventanas están alineadas con el planeta Venus. Esto refleja la función astronómica del lugar.
A pocos metros, se encuentra el Templo Tzompantli, una especie de altar cuya función era colocar cráneos de prisioneros de guerra sacrificados para ejercer un tipo de coerción social. El mismo estaba compuesto de unas estacas donde se insertaban las calaveras.
Huapacalco.
Configurando la sede de los toltecas antes de migrar a Tula, está formada por un basamento piramidal de tres cuerpos. En la parte superior contiene un altar, que era usado para colocar ofrendas a los dioses.
Chichén Itzá.
A pesar de ser una ciudad Maya, pasó a ser un importante centro religioso en manos de la cultura tolteca, algo que se puede notar claramente en el Templo de Los Guerreros. Rodeado del conocido bosque de las mil columnas, su plataforma mide 40 metros. En su entrada hay una escultura de Chac Mool, y en el interior conserva una gran cantidad de salas con bóvedas.
Tomando un significativo valor en el altiplano central mesoamericano, los templos toltecas transformaron el pensamiento religioso de muchos pueblos.
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