Distinguidos por sus habilidades arquitectónicas, los toltecas desarrollaron la primera y más extensa ciudad del centro de Mesoamérica, donde levantaron construcciones que marcaron una gran influencia en otras culturas posteriores a su imperio. Las pirámides toltecas forman parte del conjunto de edificaciones que se alzaron en su capital, la ciudad de Tula, el centro urbano y ceremonial más importante de esta civilización precolombina.
Los restos arqueológicos de la ciudad de Tula o Tollan-Xicocotitlan se ubican en el Estado de Hidalgo, México, habitada por los toltecas entre los años 900 al 1.200 D.C, con una extensión de 16 km2, donde se encuentra un gran altar, compuesto por tres edificaciones, dos de las cuales corresponden a dos templos o santuarios piramidales, el Palacio Quemado y Tlahuizcalpantecuhtli
Las más destacadas pirámides toltecas y sus características
Unas de las características generales de las pirámides toltecas es que poseían columnas de piedra que sostenían el techo de las construcciones, así como también, incluían elementos relacionados con aspectos muy arraigados a su cultura, como lo religioso y lo militar.
El Palacio Quemado y Tlahuizcalpantecuhtli
El Palacio Quemado, es la más grande y menos explorada de las pirámides toltecas. Esta construcción fue dedicada al sol. A pesar de que se le denomina palacio, la familia real no habitaba en él, sino era una edificación en donde se realizaban actividades administrativas. Además, se ha logrado demostrar por las características de la construcción, que la pirámide fue quemada intencionalmente. Posee tres salas sostenidas por columnas de piedras, así como jardines internos y banquetas adosadas a los muros.
La pirámide Tlahuizcalpantecuhtli, que significa estrella de la mañana, fue dedicada a una de las advocaciones del dios tolteca Quetzalcóatl, quien lleva el mismo nombre. Sus paredes están decoradas con escenas sangrientas de águilas y jaguares mordiendo corazones humanos. Se cree que en la parte superior había un templo, cuyo techo estaba sostenido por los Atlantes, mientras que las columnas, con forma de serpientes emplumadas, sostenían el pórtico del lugar sagrado.
Los Atlantes de Tula
Estos monumentos fueron encontrados por los arqueólogos en una zanja profunda y los ubicaron en la cima de la pirámide Tlahuizcalpantecuhtli.
Los Atlantes son cuatro figuras antropomorfas de piedra tallada, que medían 4.6 metros de altura y representan a los guerreros toltecas. Poseen un pectoral de mariposa, faja y delantal bordado, casco cilíndrico con plumas en su parte superior, así como armas en ambas manos, tales como cuchillos, flechas, lanza dardos y un particular instrumento curvo muy característica de esta civilización.
Existen dos teorías del origen del nombre de los Atlantes. La primera es por los Átlatl, que es el nombre de los lanza dardos que poseen dichas estructuras, mientras, que la segunda proviene de la mitología que cuenta que la diosa Atlatona volvió piedra a 4 guerreros, a quienes anteriormente protegía, debido a que perdieron su devoción hacia el dios Quetzalcóatl.
Sin lugar a dudas, las asombras pirámides toltecas Tlahuizcalpantecuhtli y el Palacio Quemado, realizadas por estos hábiles constructores, marcaron un estilo arquitectónico que sirvió como inspiración a otras civilizaciones, como lo fue la azteca y la maya.
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