Orientadas hacia la puesta de la meseta central mexicana, las imponentes pirámides teotihuacanas, representaron la grandeza y el misterio de una ciudad, que se convirtió en la morada de los dioses y en el epicentro mesoamericano.
Consideraciones previas de las pirámides teotihuacanas.
Aunque, no se sabe a ciencia cierta, quién pudo haber construido las pirámides teotihuacanas, después de todo, las crónicas coloniales relatan, que los propios aztecas se referían a que estas edificaciones habían sido levantadas por unos dioses gigantes, durante una época llamada el segundo sol.
De cualquier manera y lo más impresionante, es que estas inmensas y majestuosas obras, fueron edificadas sin las técnicas que se conocen actualmente y revestidas dentro de un hermoso urbanismo.
Además, las pirámides teotihuacanas, se ubicaron con una gran precisión y exactitud, de acuerdo a las alineaciones de los movimientos estelares, lo cual hace que sean comparadas con las pirámides egipcias, sin embargo, su función fue totalmente diferente, ya que representaban un lugar sagrado de conexión con la armonía divina, y no una tumba, como morada de un faraón.
Cuáles fueron las principales pirámides teotihuacanas.
Teotihuacán, la imponente ciudad mesoamericana, mejor conocida como el lugar de donde vienen los dioses, se enalteció por poseer las dos principales pirámides de la cultura teotihuacana, tales como:
Pirámide del Sol.
Con una altura que sobrepasaba los 213 metros desde su base, constituyó el núcleo sagrado desde donde se partía hacia los cuatro rumbos del universo, según la cosmovisión de esta civilización.
Igualmente, estaba compuesta por una escalinata en su parte frontal, que conducía a un templo ornamentado en la cúspide, y en su plataforma, circundada por un basamento de 400 metros por cada lado, había un cueva subterránea que se extendía hasta el centro de la misma, simbolizando el lugar donde el mundo había sido creado.
Pirámide de la Luna.
Localizada en la pendiente de una montaña en honor a la diosa del agua, fue otra de las pirámides teotihuacanas, donde los sacerdotes observaban los movimientos estelares. Al respecto, esta construcción presentaba una planta rectangular de unos 8 mil metros cuadrados y 45 metros de altitud, rodeada de una serie de basamentos piramidales con topes planos, que eran utilizados para realizar rituales públicos.
También, esta monumental edificación, poseía unas escaleras con dirección al sur, construidas en una estructura saliente, así como algunos túneles subterráneos, los cuales han brindado una valiosa información a los arqueólogos. Al mismo tiempo, su ubicación estaba ajustada al movimiento de las estrellas y los ciclos del sol.
Como podemos apreciar, las pirámides teotihuacanas reflejan el avanzado conocimiento matemático y astronómico que desarrolló esta civilización, en una ciudad que se convirtió en la gloria de Mesoamérica, y que de manera inexplicable, fue abruptamente abandonada.
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