Siendo la clave de la expansión del Imperio, el puente romano superó cualquier impedimento geográfico, aún más, fueron hechos con tal perfección que hoy en día muchos se mantienen en pie.
Cuáles eran las características del puente romano
La civilización romana fue la pionera en la construcción de grandes puentes en forma generalizada, debido a la necesidad de tener una red de caminos que les permitiera conectarse con la mayor parte del Imperio.
Así, el puente romano se distinguió por poseer una extraordinaria ingeniería de cálculos para poder cimentar estas estructuras sobre profundas quebradas, valles o montañas, en este sentido, debía de cumplir con tres exigencias básicas, tales como, afirmitas, utilits, venustas, es decir, solidez, utilidad y belleza, las cuales con cada uno de sus elementos, conformaban la denominada symmetria o simetría.
En cuanto a sus características físicas, el puente romano se diferenció por el empleo de estructuras arqueadas de formas semicirculares, construidas con bloques muy bien elaborados, columnas rectangulares y calzadas con más de cinco metros de ancho, ligeramente inclinadas u horizontales.
Asimismo, la estructura del puente romano estaba conformada por los cimientos o bases, los estribos que soportaban el peso de la armazón, los arcos, y encima de ellos, la plataforma de circulación.
Cómo se construía el puente romano
Para construir el puente romano, los ingenieros se valían de la madera y la piedra, de esta manera, los carpinteros talaban los árboles encontrados a su paso para fabricar los elementos auxiliares que usarían en la construcción.
Por otra parte, los canteros de la cultura romana localizaban los yacimientos rocosos para obtener las piedras, las cuales eran trasladadas al lugar de la obra, mediante el uso la máquina de metágenes, la cual consistía en encajar en cada extremo de la piedra dos enormes ruedas de madera.
Durante la obra, se utilizaba una balsa con una pesa atada a lo alto, la cual hacía las veces de martillo, con ella se clavaba en el rio una doble estructura de madera, formando una armadura cuadrangular, cuyo espacio interior se rellenaba con arcilla.
Posteriormente, en la elaboración del puente romano, se usaba un instrumento para expulsar el agua estancada en el medio de la armadura, llamado tornillo de Arquímedes, una vez desecada la zona, se construían los cimientos con puntas triangulares para ofrecer menor resistencia a la corriente del río, sobre ellas, se levantaban las pilastras del puente.
Es necesario recalcar, que para levantar los bloques a la altura deseada, empleaban en la balsa, un artefacto de madera similar a una grúa, llamado cabria.
Luego, entre cada columna, se elaboraban unas estructuras de madera o cimbras, las cuales servían de soporte para el arco. Una vez fabricadas las bóvedas, se construía la calzada, y finalmente se retiraban las cimbras.
Importantes puentes romanos
El puente romano fue una obra repetida constantemente a lo largo y ancho de todo el Imperio, sin embargo, algunos de ellos, se destacan por su belleza y su monumentalidad, entre los cuales se encuentran:
ALCÁNTARA
Cruzando el río Tajo de esta localidad española, anteriormente perteneciente a la Hispania Romana, es un puente que cuenta con seis arcos de alturas diferentes, sostenido sobre cinco pilares.
GARD DE NIMES
Aunque forma parte del acueducto de Nimes en Francia, se puede tomar en cuenta por su descomunal estructura de tres niveles, que mide 275 metros de longitud y 49 metros de altura.
PUENTE SOBRE PIEDRA DE VERONA
Constituye un puente romano que cruza el río Adigio de Verona, el cual consta de cinco arcos y desde donde se puede observar una maravillosa vista panorámica de esta ciudad italiana.
Una vez más, el puente romano es otra muestra de la grandeza arquitectónica de esta civilización, que fundamentalmente sirvió para extender sus dominios territoriales por toda Europa, norte de África, Asia Menor y las riberas del Mediterráneo.
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