Así como la civilización olmeca es considerada “el bastión cultural” de otros grupos étnicos en la zona mesoamericana, también debe ser considerada la madre arquitectónica de todas estas culturas, ya que las simbólicas pirámides olmecas son el primer registro que se tiene con respecto a este tipo de edificaciones o construcciones.
La arquitectura olmeca se distingue por su carácter monumental, contando con grandes dimensiones y una técnica especial de edificación, la cual se manifiesta tanto en las pirámides olmecas como en el resto de los templos que le acompañan.
Los grandes centros ceremoniales de la cultura olmeca siempre estuvieron acompañados de pirámides, destacándose el predominio de las actividades religiosas y sacerdotales. Al mismo tiempo acompañaban a las pirámides otras estructuras inferiores que mantenían esas mismas líneas y formas.
Sin embargo, por ser la cultura de los olmeca tan antigua y habiendo quedado pocos vestigios de la misma, es difícil asegurar cual era el ideal perseguido a través de su arquitectura, pero que podremos descifrar medianamente a través de sus características.
Materiales empleados en la edificación de las pirámides olmecas.
Entre los componentes más comunes utilizados para el levantamiento de las pirámides olmecas, encontramos: arcilla, tierra sometida a compactación y arena, así como piedras, bloques de adobe y arcilla, utilizadas con fines de revestimiento.
Por lo general, toda la estructura base de la pirámide consistía en elevaciones hechas en base a tierra. Se piensa que no utilizaron bloques de piedra, pues los mismos se localizaban a grandes distancias y cuyo traslado sería dificultoso, por lo pantanoso del terreno en que fueron erigidas.
Caracteres arquitectónicos de las pirámides olmecas.
Llama poderosa atención, los caracteres especiales que conforman las pirámides olmecas, muchos de los cuales no se verán repetidos en las civilizaciones que la heredaron su arquitectura.
Así, entre sus características especiales, encontramos la pirámide con base cuadrangular o redondeada, la pirámide cónica, de 30 metros de alto, la pirámide extensa, con una longitud de 2 kilómetros y un ancho de 1 kilómetro y la pirámide de arcilla, de 30 metros de alto por 130 metros de diámetro.
Y en general, se distinguían por sus basamentos de tierra compactada, arcillas o arenas locales, forma piramidal escalonada o indefinida, donde todas tienen talud, el predominio de líneas rectas y revestimientos de adobe, bloques de arcilla secados al sol, o piedras. También destacan como particularidades, la simetría, la orientación en un eje norte-sur, su edificación sobre islas o montículos artificiales semi-esféricos y sus plataformas regulares.
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