Definida por su arte arquitectónico y cerámico, la cultura lima se desarrolló en la costa central de Perú, justamente en el ámbito territorial donde hoy día funciona la capital de esta nación. Habitando básicamente los valles fluviales de Chillón, Rímac y Lurín, entre los años 100 y 650 D.C. Lo que confirma su contemporaneidad con las culturas Moche, Nazca, Recuay y Huarpa.
Aspectos de la cultura lima.
La cultura lima estaba organizada en comunidades territoriales compuestas por núcleos de familias extensas. Las cuales eran gobernadas por una élite teocrática centralizada en una comarca. Conforme a ello, el poder se encargaba de administrar las labores de los centros administrativos de la costa. Incluso dirigía de manera férrea las manifestaciones artísticas como la arquitectura, cerámica y textilería, entre otras. Esto explica las construcciones de imponentes centros ceremoniales, cuya realización debió requerir un fuerte trabajo durante años.
A pesar del rudo clima de la costa, la cultura lima aprovechó su ubicación para proveerse de provisiones alimenticias marinas. Además aprendió a manejar las condiciones de la naturaleza con la construcción de diversas obras hidráulicas, desplegando una agricultura basada en la siembra de maíz, calabaza, frijol y chirimoya. Ello produjo un autoabastecimiento que sustentó las bases para expandir su dominio sobre otros territorios. Sin embargo, cerca del año 600 D.C., numerosos cambios climáticos y la invasión de poblaciones cercanas, produjeron su declive.
Aunque es poco conocida la religión que profesaba la cultura lima, no se diferenció mucho del resto de las civilizaciones andinas. Al respecto, la naturaleza cumplía un papel importante en sus creencias mágico-religiosas, dándoles dones divinos a montañas, mares, tierras, etc. En el mismo orden de ideas, los sacrificios humanos se realizaban para aminorar la furia de los dioses que se manifestaban con fenómenos naturales, pero también, para obtener un favor celestial como ganar una batalla.
La arquitectura de la cultura lima.
Cabe mencionar, que las obras hidráulicas iniciaron la independencia urbanística y los asentamientos poblacionales, ceremoniales, administrativos de la cultura lima. Este esfuerzo de los antiguos limeños en construir grandes canales para encauzar el cauce de los tres ríos que los circundaban, no solo generó una próspera economía, sino que mantuvo alejados a estos centros de las inundaciones.
Caracterizados por ser constructores de pirámides y templos con funciones religiosas y administrativas, la cultura Lima se dividió en dos etapas, para ello los historiadores tomaron en cuenta el desarrollo cerámico:
Playa Grande.
Se destaca por la edificación de grandes pirámides que tenían alrededor construcciones complementarias, ejemplo de ello son los templos de Cerro Culebra y Cerro Trinidad. Los cuales poseen asombrosas pinturas murales, de 65 metros de largo, con representaciones de peces y serpientes entrelazados.
Maranga.
Constituyendo la segunda etapa, se levantaron las primeras edificaciones de carácter público, construidas con adobitos y barro prensado. Las pirámides de gran altura contaban con plazas en las zonas altas, unidas por caminos y protegidas por murallas. Resaltando las huacas San Marcos, Concha, Middendorf, Tres Pasos, San Miguel, Cruz Blanca, La Cruz y La Palma.
Otro centro de gran envergadura de la cultura lima, fue la ciudadela de Cajamarquilla, con aproximadamente 167 hectáreas de terreno. Se traza como una de las ciudades precolombinas más grandes, donde se construyeron once pirámides y recintos habitacionales o religiosos.
También se distingue la huaca de Pachamac, un gran lugar sagrado que contiene los templos del Sol, Mamaconas, Viejo, Pintado.
La cerámica de la cultura lima.
El arte cerámico ha sido el elemento usado por los investigadores para reconstruir la evolución de la cultura lima. De acuerdo a esto, en la primera etapa conocida como Playa Grande, el tema decorativo principal fue la figura de peces y serpientes enlazados entre sí con formas geométricas, líneas y puntos, con una marcada tendencia a usar los colores negro, blanco y rojo sobre un fondo naranja.
Igualmente variaron desde sus formas finas y agradables a otras con aspecto grueso o burdo. Siendo la forma esférica predominante en recipientes y vasos, aunque también se hallaron otras con cualidades diferentes. Aparte, durante el segundo período llamado Maranga, el arte cerámico de los limeños se desarrolló usando técnicas de moldeado.
Una de las funciones que cumplió la cerámica en la cultura Lima fue la doméstica, referidas a vajillas sencillas hechas con pasta marrón y con forma de ollas de diversos tamaños como contenedores de líquidos o granos. En cambio, las usadas para los rituales eran muy finas, incluyendo figuras relacionadas con el mar como olas, pulpos, tiburones.
Estos estilos cerámicos tuvieron una marcada influencia de las culturas wari, salinar y paracas. Igualmente muchas de las temáticas tocaban aspectos de la vida cotidiana con diseños de seres antropomorfos y zoomorfos.
Con todo esto se puede afirmar que la cuidad de Lima no nació en el año 1533, sino en el momento que la cultura Lima se empezó a desarrollar.
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