Con una alegoría religiosa y mágica, las joyas egipcias resultaron ser grandes protectoras contra los malos espíritus. Adicionalmente, a que por su belleza realzara la vestimenta egipcia como accesorio o marcara el estatus social de la persona que las lucía.
Desde tiempos muy remotos la cultura egipcia desarrolló la orfebrería con materiales simples como ramas de plantas, conchas, perlas, piedras insertados en hilos de lino o pelos de vaca. Alcanzando durante el Imperio Medio un gran avance con el dominio de diferentes metales como el oro, plata, bronce, cobre y el tallado minucioso de piedras semipreciosas e incluso vidrio.
Características de las joyas egipcias.
La principal particularidad de las joyas egipcias era su simbología protectora de la fertilidad, enfermedades, alejar el mal, renovar la vida e invocar las bendiciones de algunos dioses como Horus y Hathor. Por ejemplo, el ankh o llave de la vida resguardaba la vida de quien la cargara, alejando todo mal y oscuridad.
Su uso abarcaba diversos ámbitos como el ceremonial, ritual, funeral u ofrendas. Siendo las piezas más representativas los collares, pectorales, anillos, pendientes y brazaletes. Estando la mayoría realizadas en oro, porque era el material asociado con los dioses, además, con piedras semipreciosas de colores, cada una con una connotación sobrenatural diferente. En este sentido, el oro representaba al sol, la plata a la luna, las gemas rojas manifestaban energía, las verdes señalaban fertilidad y las azules expresaban eternidad.
Mucho de lo anteriormente expuesto, explica el carácter funerario de las joyas egipcias, en el sentido de brindar protección al alma de los faraones muertos de la oscuridad. El tesoro que sirve para aseverar esta afirmación es precisamente el hallado en la tumba de Tutankamon.
Importantes joyas egipcias.
Entre las joyas egipcias más célebres halladas hasta el momento se encuentran:
Brazalete de Tutankamon, una gema destacada por su originalidad que comprende un borde de piedras semipreciosas, un escarabajo sagrado tallado en lapislázuli, con un soporte de seis centímetros de diámetro realizado en oro, conteniendo un broche para abrir y cerrar.
Pulsera de la Reina Ahhotep, una pieza que contiene en su parte frontal la figura de un buitre con las alas desplegadas compuesto por un juego cromático de piedras semipreciosas, con una base de dos partes rígidas semicirculares unidas por una bisagra.
Corona de la princesa Knomit, decorada totalmente en oro con decoraciones horizontales y verticales de piedras semipreciosas o vidrio, posee un ornamento de un árbol en la parte delantera y la representación de una diosa en la trasera.
El arte orfebre de la cultura egipcia reflejó el espíritu de una civilización por la elegancia, dejando un legado con técnicas que actualmente se siguen utilizando en la fabricación de joyas.
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