Revestidas de una gran importancia, las tumbas egipcias formaban parte de la vida eterna de los difuntos, especialmente, de los faraones.
Aspectos de las tumbas egipcias.
Las tumbas egipcias, en su gran mayoría, se caracterizaron por su colosal estructura vinculada a la adoración y poder religioso del faraón, considerado un dios. De igual forma, se diferenciaron por la utilización de la piedra en formada tallada, que fundamentaba la creencia de la construcción de una morada eterna y perdurable en el tiempo, protegía al cuerpo de la intemperie, y enaltecía al monarca, el cual era acompañado de innumerables objetos que usaría en su vida al más allá.
Tipos de tumbas egipcias.
En la cultura egipcia existieron tres tipos de tumbas, veamos:
Mastabas.
Fueron las tumbas más antiguas de Egipto, que consistían en unos enormes bancos con forma de pirámide truncada. El acceso era a través de un pasillo en donde se hallaba una capilla para las ofrendas y un espacio cerrado con la estatua del fallecido. En el nivel inferior, se encontraba la cámara funeraria con el sarcófago del faraón. Las mastabas mejor conservadas están en la necrópolis de Saqqara, destacando la de Nebetka, el gran visir del faraón Teti.
Pirámides.
Se trataba de un recinto rodeado por una muralla con una puerta de acceso a un gran patio acompañado de algunas pequeñas tumbas y un santuario. Aunque posteriormente, se emplearon las pirámides integradas a los templos de los egipcios con una rampa de ingreso a la majestuosa construcción, que internamente poseían una red de pasadizos secretos que dificultaban la llegada a la cámara donde se encontraba el faraón, contando con conductos de escape y ventilación que salían al exterior. Estas edificaciones fueron evolucionando hasta convertirse en las clásicas pirámides lisas de cuatro caras, que uniéndose en la parte superior formaban un piramidión.
Las pirámides de Egipto más emblemáticas son las del complejo de la Gran Pirámide de Guiza: Keops, Kefrén y Micerino.
Hipogeos.
Eran tumbas excavadas en el interior de una montaña que presentaban una planta interna con una serie de corredores inclinados que conducían primero a un vestíbulo y luego a la cámara funeraria, cuyo espacio también contenía una capilla de culto y pequeños depósitos para las ofrendas. Casi todos los hipogeos están en el Valle de los Reyes, siendo el más famoso el de Tutankamón, que misteriosamente nunca fue profanado.
Como un gran vestigio de la cultura egipcia, los complejos funerarios aportaron datos importantes sobre las creencias religiosas de una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad.
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