Representando el secreto de la eternidad, las momias egipcias fueron la manifestación de una necesidad religiosa por alcanzar la vida después de la muerte. Conforme a ello, en la cultura egipcia luego del fallecimiento, comenzaba una nueva vida gobernada por el dios Osiris, no sin antes pasar por el juicio final, cuyo veredicto estaba en manos de la diosa de la justicia y la verdad, Maat.
El arte de la momificación egipcia.
Dentro de esta creencia de la vida eterna y como un gran ritual funerario, los egipcios lograron preservar los cuerpos de sus fallecidos. Sin embargo, debido a lo costoso y largo del procedimiento, solo los acaudalados podían encargar su momificación. De esta manera, los pasos para lograr las momias egipcias eran los siguientes:
- Antes que nada, el cuerpo era trasladado por los embalsamadores a las orillas del río Nilo.
- El cadáver era abierto por el lado izquierdo para extraer las vísceras, y por los tabiques nasales se sustraía la masa encefálica, depositándose en los vasos canopes, excepto el corazón, que sería útil en la otra vida.
- Posteriormente, se rellenaba el cuerpo con telas impregnadas de sal de natrón y aserrín perfumado, para absorber la humedad, así evitar la descomposición.
- Unos dos meses más tarde, el cadáver que había sido expuesto al sol, era untado con aceites, resinas y la cabeza se cubría con grasas.
- Luego, procedían a recubrir el cuerpo con cinco capas diferentes de telas de seda o lino, en cada cubrimiento se colocaba un amuleto de protección.
- Finalmente el embalsamador llevando puesta la máscara de Anubis, acomodaba la máscara funeraria en la cabeza del cadáver.
Importantes momias egipcias.
Entre algunas de las momias egipcias encontradas hasta el momento, se destacan:
Tutankamón, fue uno de los descubrimientos arqueológicos que causo gran revuelo, debido a la gran cantidad de información que develó, siendo sometido a estudios durante varios años, entre 1990 y 2010, se descubrió que la muerte del joven faraón fue causada por un padecimiento de una osteonecrosis complicada con un paludismo.
Ramsés II, el dios viviente de Egipto, es otra de las momias en buen estado de conservación, se considera que murió aproximadamente a los 90 años de edad, cuando se descubrió aún conservaba el cabello pegado a su cráneo, demostrándose que era pelirrojo.
Princesa Ahmose, hija del faraón Seqenenra Taa, fue hallada en una de las tumbas egipcias previamente saqueada, sin embargo, en el lugar se encontró un rollo de lino de unos cuatro metros con una copia de El Libro de los Muertos.
Las momias egipcias constituyeron la clave para entender la visión que tenía la cultura egipcia con respecto a la muerte.
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