En el escenario mundial, la cultura ciudadana guarda significativa importancia en relación a los acelerados cambios de la sociedad moderna. Dado que ésta determina la identificación del ciudadano en los temas legales, políticos, económicos y sociales que le rodean. Entonces, podemos entender que cultura ciudadana es el conjunto de conductas, valores, actitudes e incluso percepciones que comparten los miembros de una sociedad.
Como consecuencia de ello, estos factores determinan directamente tanto la calidad de vida como la convivencia de los ciudadanos. Además que facilitan o entorpecen el reconocimiento de los deberes y derechos que tienen las personas sobre un patrimonio común. Entendiéndose como patrimonio común, tanto lo que es como lo que tiene una sociedad, en base a sus logros en un trabajo colectivo.
Todo esto conlleva a la solidaridad y tolerancia entre los ciudadanos, extendiendo sus vínculos con el Estado. Por ello, la cultura ciudadana es vital para formar valores éticos, morales, de cooperación y corresponsabilidad que fortalecen la convivencia. De igual modo, fomenta la formación de valores democráticos en el ejercicio de los derechos, deberes y libertades ciudadanas.
Qué es una ciudad.
Partiendo del punto, que el lazo que existe entre cada persona y su entorno, forman parte de la cultura ciudadana. Se puede definir dentro de este contexto, que una ciudad es un área político administrativa en donde sus ciudadanos comparten dentro de un mismo ámbito una serie de normas, valores y aspectos comunes.
Los romanos concebían a la ciudad como una conciencia colectiva de unidad, que privilegiaba los intereses comunes sobre los particulares. Esta conciencia colectiva los llevaba a formar un sentido de pertenencia, y así mejorar sus condiciones de vida.
Dentro de esta idea, el vínculo de cada persona en una ciudad, está dado por su comportamiento en espacios públicos. Como por ejemplo, el cuidado de parques o plazas, no arrojar basura en la calle, el respeto a las normas de tránsito o denunciar un delito. Así como también, en la participación en la toma de decisiones respecto a los intereses comunitarios.
Qué es un ciudadano.
En términos generales, un ciudadano es toda persona que pertenece a una ciudad, constituyendo el tejido simbólico de una sociedad. De esta manera, el ciudadano conforma parte de un Estado, siendo titular de indispensables derechos o deberes que están sujetos a la ley, como:
Acatar la ley como principio general.
Las leyes están hechas para ser cumplidas y respetadas, siendo ilegítimo intentar modificarlas.
La participación y el derecho al voto.
No se trata solo de votar periódicamente, sino en intervenir activamente en la vida pública.
Libertad de expresión.
Constituye uno de los pilares de la ciudadanía y un derecho inalienable en toda sociedad democrática, incluyendo la pluralidad ideológica.
Estado de derecho.
Los estatutos que rigen las relaciones humanas deben ser asumidas por todos, sin que nadie esté al margen de ellas.
Principio de tolerancia.
Es el más importante para que la convivencia entre los ciudadanos sea efectiva, ya que consiste en el respeto a las ideas de los demás.
Todos estos principios indicados anteriormente forman parte de la cultura ciudadana, y en la medida en que se acaten, una sociedad será avanzada.
Puntos de vista de la cultura ciudadana.
Para ahondar más en la cultura ciudadana, es primordial exponer tres diferentes puntos de vista, a modo que su concepto se pueda apreciar en mayor magnitud.
Desde la óptica descriptiva, la cultura ciudadana es el conjunto de costumbres, reglas, acciones y actitudes, que los ciudadanos de una comunidad comparten para convivir en armonía.
Ahora desde el punto de vista normativo, es el producto de la convivencia como resultado del cumplimiento de las leyes, tolerancia, ausencia de violencia, interés por los espacios públicos, compromiso y voluntad de cumplir con las obligaciones ciudadanas.
Por otro lado, la perspectiva prescriptiva, corresponde al enfoque de dar bienestar a los ciudadanos a través de políticas públicas, conllevando un compromiso mutuo de cooperación ente los ciudadanos y el Estado.
Cómo se construye la cultura ciudadana.
Una frase célebre de Gandhi, que tiene mucho que ver en la construcción de la cultura ciudadana, es la siguiente:
“Mi concepto de democracia consiste en que el más débil debe tener las mismas oportunidades que el más fuerte, esto jamás puede lograrse salvo mediante la no-violencia, creo que la democracia auténtica sólo puede originarse en la no-violencia”.
En concordancia, la cultura ciudadana solamente es posible mediante la democracia y la educación de valores desde la temprana edad. De tal forma, que el niño, joven, adulto y anciano, sientan la capacidad de amar a su ciudad para mejorarla.
Lo anterior nos lleva a que este proceso formativo debe iniciarse en el hogar y extenderse a los centros educativos. Esta enseñanza en las instituciones educativas debe reflejar urbanismo, espíritu cívico, conciencia ciudadana, comportamientos de convivencia y participación.
Referente a algunos valores y prácticas sociales que reflejan la cultura ciudadana, se pueden enumerar:
Participación en asuntos políticos de interés común.
Todo ciudadano tiene el deber de conocer sus derechos y exigir su ejercicio responsablemente mediante procedimientos democráticos.
Solidaridad.
Es indispensable que los ciudadanos actúen de manera respetuosa, organizada y planificada, sobreponiendo los beneficios colectivos sobre los individuales.
Conocimiento del sistema político.
Aquí se incluye que el individuo debe estar informado de la estructura, instituciones, reglas y procedimientos del Estado.
Respeto a las normas sociales.
Fundamentalmente la educación debe difundir las normas ciudadanas y propiciar su acatamiento voluntario.
No-violencia.
La cultura ciudadana respalda el desarme y propone acciones orientas a reducir las acciones violentas. Al mismo tiempo, fomenta el modo de vida saludable, generando confianza y tranquilidad para que los ciudadanos ejerzan sus derechos o libertades, cumplan sus deberes, confíen en la justicia y en el Estado.
La importancia de la cultura ciudadana.
Es significativa la relevancia que tiene la cultura ciudadana en el crecimiento y desarrollo socioeconómico de una región o país. Ya que ésta no sólo se encarga de las buenas costumbres, sino que también orienta las malas, encontrando posibles soluciones. Entendiéndose que ello, mejora un entorno, haciéndolo más agradable para sus habitantes, y a la vez proporciona una mejor convivencia.
Oportunamente, es necesario recalcar que la cultura ciudadana se basa en las leyes y en la moral para regular la conducta humana ante la sociedad. Sin embargo, muchos ciudadanos son incapaces de reconocer los derechos de los demás, no responsabilizándose por sus acciones o errores. Lo que constituye una falta de conciencia e ignorancia, por su manera de actuar, sobre el futuro de su sociedad.
También existen ciudadanos que piensan que su país nunca va a cambiar, resultando una postura muy cómoda ante una situación. Pues bien, la cultura ciudadana aborda muchos aspectos acerca de la calidad de vida y las formas de actuar. Algo que han adoptado muchos países con un verdadero impacto positivo en la calidad de vida de la sociedad. Y esto, debido a que se asocia con las costumbres, actitudes y acciones de las sociedades, que asimilan el cambio.
Principalmente el objetivo de la cultura ciudadana es contar con una población que conozcan y ejerzan sus derechos o deberes, desarrollen el sentido de pertenencia, convivan de manera respetuosa con su entorno y manejen las herramientas para mejorar su vida.
Como consecuencia, en ese país disminuirán las cantidades de problemas sociales, ya que muchos se solucionarán por la cultura ciudadana.
Lamentablemente la corrupción y la mala organización administrativa de algunos gobiernos han desfigurado estos conceptos a través del tiempo.
Ejemplos de cultura ciudadana en el mundo.
Diferentes son las experiencias en el mundo que demuestran que la cultura ciudadana es un pilar fundamental sobre el cual descansan los países conocidos como exitosos y sostenibles.
Entre algunas naciones del mundo que se lucen por tener una sociedad con bienestar y crecimiento, se encuentran:
Finlandia.
Un país con la más baja densidad poblacional de la Unión Europea, es uno de los más prósperos del continente. En Finlandia las desigualdades se consiguen corregir mediante la educación, constituyendo su nivel un ejemplo para todo el mundo.
Suiza.
Ocupa un lugar privilegiado por sus altos niveles de calidad de vida, un grado de alfabetización del 99% y la tasa de homicidios más baja del planeta.
El alto grado de proximidad entre sus políticos y sus ciudadanos hace que tenga uno de los niveles de participación más altos, aparte, su prosperidad ha dependido de la capacidad intelectual de sus habitantes.
Suecia.
Teniendo un enorme atractivo cultural, la conservación y protección del medio ambiente es una prioridad en esta nación. Igualmente tiene la participación ciudadana más elevada del mundo, con una estabilidad política muy fuerte.
Australia.
Ostenta un nivel de seguridad pública incomparable, basado en los principios de confianza, honestidad y eficacia de la justicia. Sus niveles de participación ciudadana, respeto mutuo y compromiso por el bienestar del prójimo se reflejan en una sociedad próspera.
Canadá.
Siendo uno de los países menos poblados, es tecnológicamente avanzado, con una fuerte cultura de apoyo a la educación y bajos niveles de desigualdad con respecto a los salarios.
Como conclusión se puede afirmar que la implementación de la cultura ciudadana fortalece el desarrollo sustentable de una nación.
Contenidos