Conformada por un conjunto de comunidades autónomas, la cultura chachapoyas se desarrolló en los bosques septentrionales de los Andes peruanos. Una región caracterizada por las constantes lluvias, nubosidad, espesa vegetación y pantanos. De esta manera, extendió su territorio en unos 300 kilómetros sobre los actuales departamentos de Amazonas y San Martín, entre los años 800 y 1570 D.C.
Resumen histórico de la cultura chachapoyas.
Los chachapoyas descendían de otros pueblos andinos inmigrantes, que modificaron su cultura asimilando costumbres y tradiciones amazónicas. Esta cultura prosperó prácticamente aislada, floreciendo en el período clásico, no obstante, en el siglo XV fueron anexados al Tahuantinsuyo.
Conforme a ello, los llamados guerreros de las nubes a pesar de oponerse al dominio inca, fueron conquistados rápidamente. Sin embargo, las constantes sublevaciones de los chachapoyas, obligaron a los incas a separarlos en distintas partes del territorio.
Hacia el año 1532, con la llegada de la colonia, los chachapoyas apoyaron a los españoles en sus conquistas, pero esto terminó de mermar la poca población existente, hasta desaparecer.
Aspectos de la cultura chachapoyas.
La cultura chachapoyas estaba formada por pequeños señoríos que se asentaron en las alturas del del río Utcubamba. Todas estas aldeas teniendo las mismas costumbres, eran políticamente independientes y gobernadas por una clase sacerdotal, que dirigía un curaca. Únicamente los motivos de integración de estas provincias fueron militares y religiosos.
Con respecto a la actividad económica, la agricultura resultó favorecida, debido a que los suelos de la región eran muy fértiles. Lo que procuró los cultivos de papa, olluco, oca, papa amarga y quínoa, adicionalmente desarrollaron la caza, recolección y ganadería.
Las creencias de la cultura chachapoyas.
Aunque existen pocas evidencias que determinen cuales fueron los principales dioses de la cultura chachapoyas, se supone que adoraron a la serpiente, cóndor y jaguar. Lo que realmente si está confirmado, es que en sus creencias existía un culto a los muertos.
El ritual funerario de la cultura chachapoyas consistía en envolver los restos de los fallecidos en telas. El entierro se procedía a hacer en lugares aislados o precipicios montañosos, en dos tipos de cementerios:
Sarcófagos.
Fabricados de caña y barro, solo depositaban en su interior los restos de una sola persona, generalmente importante. Destacando lugares de este tipo como Karajía, Ayachaqui, Léngate, Pueblo de los Muertos, Chipiruc y Ucaso.
Mausoleos o tumbas colectivas
Eran tumbas con forma de casas, construidas con piedras chicuelas y barro, muros externos pintados con techos a dos aguas. Este patrón se localiza en Revash, Sholón, Laguna de los Cóndores, Los Pinchudos, Pueblo de los Muertos, Guanlic, La Petaca-Diablohuasi.
La arquitectura de la cultura chachapoyas.
Si algo distingue a la cultura chachapoyas es su arquitectura, determinada por edificaciones elaboradas en piedras, frisadas y decoradas con ornamentos en forma geométrica o diseños iconográficos de serpientes en rocas de manera repetitiva. Habitualmente las viviendas eran circulares, sostenidas por un basamento con escaleras o rampas dirigidas a la entrada.
Algunos complejos arquitectónicos destacados de la cultura chachapoyas, fueron:
Kuélap.
Una urbe protegida con altos muros a lo largo de 600 metros, ubicada en la cima de los Andes amazónicos al borde de un precipicio. Contando solamente con tres accesos, poseía un sofisticado sistema caminos y de drenajes de aguas de lluvia mediante canales que recorrían el complejo. Albergando aproximadamente 500 construcciones, muchas de ellas circulares, siendo las más importantes:
Torreón, una estructura de 7 metros de alto que cumplía la función de defensa por posibles ataques de pueblos vecinos.
Tintero, con una forma de cono invertido y una altura de un poco más de 5 metros era un observatorio astronómico.
Castillo, fue la vivienda de un gobernante de la cultura Chachapoyas, con una estructura rectangular que constaba de tres plataformas.
Gran Pajatén.
Localizada en la selva de San Martín, la impresionante fortaleza presentaba frisos con motivos simbólicos de personajes antropomorfos con los brazos y piernas abiertas o aves con las alas extendidas. En el lugar estaban dispuestas aproximadamente veinte estructuras, de las cuales tres, poseían un diámetro de 15 metros.
Manifestaciones de la cultura chachapoyas.
Entre las principales expresiones artísticas de la cultura chachapoyas se encuentran:
Cerámica.
Estéticamente se trató de un arte cerámico sencillo con funciones utilitarias, y realizado en arcilla. Para ello, usaron la técnica de rollos, es decir, amasaban con los dedos largos cilindros de arcilla. Las principales formas eran las vasijas con cuerpo oval, ollas de base plana con asas y vasos globulares. Decorados con motivos geométricos pintados o incisiones lineales rectas o curvas.
Escultura.
Fabricaron sarcófagos para los fallecidos de la nobleza, también hicieron figuras de madera como los Pinchudos, unas imágenes que usaban como ornamento arquitectónico que tenían grandes falos asociados a la fertilidad. De igual manera esculpieron formas antropomorfas en piedras y crearon frisos decorativos.
Textilería.
Con una función primordialmente funeraria, fueron excelentes tejedores, sobre todo del algodón, siendo las fajas para las cinturas las más empleadas.
Dejando evidentes obras arquitectónicas y funerarias, la cultura chachapoyas fue quizás una civilización superior del antiguo Perú, sin embargo, su destino fue borrado por los sucesos históricos.
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