Hace aproximadamente dos mil doscientos años, en las tierras del occidente europeo se desarrolló el calendario celta, cuyo cálculo del tiempo guardaba una estrecha relación con el entorno y sus fenómenos naturales.
Cómo se medía el tiempo con el calendario celta.
El calendario celta siendo luni-solar, conciliaba los ciclos solares y lunares, en función a ello, cada mes correspondía a un ciclo lunar que comenzaba con la luna nueva, correspondientemente los meses con 29 días eran llamados anmatos o desafortunados, y los de 30 días eran designados afortunados o matos. Igualmente para los celtíberos, el día comenzaba y terminaba con la puesta del sol, es decir, la primera mitad era oscura y la otra iluminada. Bajo este esquema, los meses tenían dos quincenas que se regían con la luna llena o atenoux, que justamente coincidía con la mitad del mes.
En la cultura celta, existían doce meses fijos relacionados a las estaciones del año, en consecuencia, cada año estaba dividido en seis meses oscuros que iban desde noviembre hasta abril, y otros seis meses con buen tiempo desde mayo hasta octubre, por lo tanto, el año comenzaba cuarenta días después del equinoccio de otoño con el mes de samonios, siguiendo consecutivamente los meses de dumannosios, rivros, anagantios, ogronios y cutios, luego con el inicio de la primavera continuaban los meses de sonnocingos, giamonios, simivisonnacos, equos, elembivios, edrinios y cantlos.
Asimismo, con la finalidad de ajustar las diferencias existentes entre los ciclos del sol y la luna, no todos los años tenían la misma cantidad de meses, para ello intercalaban dos meses especiales de treinta días cada dos años y medio, en este sentido, ciallos se colocaba antes de giamonios, y mid anterior a samonios. Resultando, cinco años de 62 meses y un siglo de treinta años, con ello, los celtas consiguieron una duración media anual de casi 365,2 días por año.
Cuáles eran los calendarios celtas.
Precisamente, la explicación anterior está basada en el calendario celta continental, que fue reconstruido a partir de dos hallazgos principales:
Coligny: siendo el calendario luni-solar de los celtas más antiguo, fue elaborado con fragmentos de bronce sobre una enorme placa, de igual manera, consideraba las fases de la luna para establecer el comienzo de cada mes.
D´Heriad de Villards: formado por ochos pequeños pedazos encontrados en el sitio galo que lleva su nombre, sirvieron junto al anterior, para poder descifrar el llamado calendario continental.
Aunque existieron otros anuarios como los galeses, irlandeses, neolíticos preceltas o paganos, primordialmente, el calendario celta regía las festividades relacionadas con los ciclos naturales, el culto y las actividades agrícolas de esta cultura.
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