Los principios ancestrales de complementariedad y reciprocidad son las bases fundamentales que soportan a la economía aymara, de tal forma, que la reciprocidad se origina cuando la actividad realizada por una persona condiciona o es consecuencia del acto de otra persona, es decir, dar para recibir, mientras que la complementariedad, se refiere al sentido de organización para obtener un bien común. Bajo este marco, los aymaras desarrollaron una serie de actividades económicas tradicionales que les permitió prosperar en las inclementes tierras del altiplano andino.
La antigua economía aymara.
Desde tiempos remotos, la economía aymara se fundamentó en actividades que se complementaban entre sí, como la agricultura y la ganadería, en este sentido, los que vivían en los altiplanos poseían abundantes rebaños y pocos cultivos, contrariamente, los que habitaban la pre-cordillera tenían una excelente producción de verduras y frutas, debido a las técnicas agrícolas implementadas. Ambas condiciones, generaron un clima de reciprocidad entre pastores y agricultores, por medio del intercambio comercial.
De tal manera, usando los pastos naturales de la cordillera, desarrollaron la ganadería, que consistió en la cría y el pastoreo de llamas o alpacas, las cuales servían para brindar la carne para alimentación y la lana para la fabricación de la vestimenta aymara, adicionalmente, constituía un excelente sistema de transporte. Además, en la actividad agrícola, lograron dominar los suelos usando técnicas de terrazas de cultivo y el guano como abono, sembrando plantas como la coca, el ají, el algodón y particularmente la papa, de las que se conocen un sinfín de tipos.
La economía aymara en la actualidad.
Actualmente, a la economía aymara ancestral se le han sumado las dinámicas del mundo moderno, como el sistema de transporte o la manera de comercializar los productos en los mercados urbanos. Estando aún estas actividades, vinculadas a la dimensión simbólica del modelo de producción que rige a la cultura aymara, en base a los rituales y a la cosmovisión donde la vida pertenece a un equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
En cuanto a la reciprocidad, hoy día se expresa mediante el trabajo comunitario o a través de la minka, que se refiere a solicitar ayuda prometiendo algo a cambio, y es muy utilizado realizando trabajos colectivos voluntarios con una finalidad de utilidad social.
El principal aporte de la economía aymara a la humanidad, ha sido la domesticación de la papa, e indudablemente una lección de vida que siempre se debe tener en cuenta, como lo es la ayuda en el presente será correspondida en el futuro.
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