La cultura afrocolombiana, con una diversidad de costumbres y tradiciones, se estableció como uno de los pilares de la identidad cultural de Colombia.
El término afrocolombianos, se refiere a las personas afrodescendientes que viven en varias regiones de Colombia. Pero de igual forma, hay otras expresiones locales que son muy comunes para referirse a ellos, como negros, morochos, morenos, libres, gente negra, gente de color y costeños.
Los negros en Colombia son descendientes de los africanos traídos originalmente como esclavos durante la etapa colonial. Concentrándose principalmente en tres regiones: costa del Pacífico, costa del Caribe y en el Valle del Cauca. Adicionalmente, los afrodescendientes han migrado a ciudades como Bogotá y Medellín. Toda la población afrocolombiana habla el español, a excepción del poblado de San Basilio de Palenque, donde también hablan palenquero.
Reseña histórica de la cultura afrocolombiana.
Durante los tiempos coloniales, debido a la creciente desaparición de los indígenas, el rey español Carlos V, autorizó la introducción de africanos para labores pesadas en América. Así, en 1518, en el primer buque llegaron alrededor de 200 mil esclavos procedentes de Angola, Senegal, Guinea y Congo. Los cuales fueron distribuidos entre Ecuador, Venezuela, Panamá, Perú y Colombia. De esta cantidad, solo 80 mil, ingresaron por el puerto de Cartagena, donde fueron comprados y conducidos a mercados internos. Entre los que se encontraban Popayán, Santa Fe de Antioquia, Honda, Anserma, Zaragoza y Cali.
En este contexto, los africanos fueron utilizados para los trabajos de minería, agricultura y servidumbre. Finalizando el siglo XVII, los españoles conquistaron la costa del Pacífico, convirtiéndola en una importante región receptora de esclavos. Así, la dureza de la esclavitud, variaba según la región, teniendo el esclavo la oportunidad de disfrutar para su propio beneficio, un día a la semana. Otros podían comprar su libertad, que era otorgada por su capataz, y algunos escapaban cuando las áreas no eran vigiladas. Los esclavos prófugos se establecieron en aldeas fortificadas llamadas quilombos o palenques, para defenderse de las misiones españolas. Estos lugares se intensificaron durante el siglo XVIII, además, permitieron que los afrodescendientes se unieran en la lucha independentista.
Llegado el momento de la independencia de Colombia, en 1819, la importancia de la esclavitud había disminuido en muchas áreas. Aunque seguía siendo imprescindible en las regiones del Pacífico y el Cauca.
Posteriormente, el 21 de mayo de 1851, se abolió la esclavitud en Colombia. Por consiguiente, los esclavos se convirtieron en trabajadores de las minas y haciendas de sus antiguos amos, sobre todo en Antioquia y el Cauca. En la región de la costa del Pacífico, los afrodescendientes pasaron a ser trabajadores independientes.
Características de los asentamientos de la cultura afrocolombiana.
Como se mencionó en un principio, la cultura afrocolombiana se estableció en tres regiones fundamentales, cada una de ellas con las siguientes características:
Pacífico.
Principalmente los asentamientos afrocolombianos en esta región son ribereños, lacustres o costeros, y a menudo muy dispersos. Las viviendas son construcciones rectangulares de madera, fabricadas sobre pilotes y con techo de palma. Entre las ciudades de mayor envergadura de la cultura afrocolombiana están Quibdó, Tumaco y el puerto de Buenaventura.
Cauca.
Normalmente las colonias afrocolombianas vallecaucanas se localizan en pequeñas granjas campesinas, pueblos y ciudades. Constituyendo una población que alimenta la mano de obra de la industria de la caña de azúcar. Muchos de estos pobladores han emigrado hacia ciudades como Cali y Medellín, donde frecuentemente viven en barrios, construidos por ellos mismos.
Caribe.
Representa la región donde la concentración de afrocolombianos es más notoria. Comúnmente distribuidos a lo largo de las playas, habitan en casas de madera con diseño rectangular. Otros asentamientos están ubicados más hacia el interior de la región, en pueblos o en barrios muy pobres de ciudades como Barranquilla y Cartagena.
La actividad económica de la cultura afrocolombiana.
Económicamente las actividades de la cultura afrocolombiana varían de acuerdo a cada región de asentamiento.
Las actividades económicas de la región del Pacífico incluyen el cultivo de plátano o maíz, cría de cerdos, pesca, caza y minería. Durante los últimos años, la tala ha adquirido relevancia, ya que los taladores de árboles venden la madera a intermediarios. Igualmente, algunas empresas madereras, se han instalado en la zona, usando la mano de obra local. Por otra parte, con la instalación de empresas multinacionales la minería se ha vuelto más mecanizada, empleando la técnica del dragado a gran escala. Uno de los conflictos que presenta esta zona, es que la tenencia de la tierra no está legalmente regulada. En este sentido, el estado mantiene a los afrocolombianos como ocupantes ilegales de tierras públicas, lo que origina su fácil desocupación por parte de los empresarios.
En la región del Cauca, el crecimiento industrial de caña de azúcar ha significado una intensa presión sobre la tenencia legal de la tierra por parte campesinos. Puesto que los pequeños propietarios aún cultivan cacao, café y otros cultivos de subsistencia para obtener ingresos regulares en efectivo. Esta creciente coacción hacia los campesinos ha originado una migración hacia las ciudades de Cali, Medellín y Bogotá. En donde los afrocolombianos trabajan como sirvientes domésticos, albañiles y en ocupaciones informales.
Con respecto a la región Caribe, las grandes extensiones de haciendas de ganado, existentes desde la colonia, emplean a los afrocolombianos como ganaderos. En la zona costera, la pesca es la fuente vital de subsistencia y de ingreso en efectivo. También el turismo representa otra actividad generadora de ganancias, con labores como barqueros o ventas de comida. Además, el cultivo de bananas conforma un ámbito productivo fundamental para la región.
Las creencias de la cultura afrocolombiana.
Generalmente la cultura afrocolombiana se distingue por un sincretismo entre las creencias católicas producto de la evangelización y las convicciones de raíces africanas.
Desde la esclavitud, los afrocolombianos festejaban sus ritos en el día libre que le daban sus amos, haciendo burla y representaciones de estos. A lo largo de los años, se fueron cambiando las festividades católicas por fiestas afrodescendientes. Muchas se convirtieron en tradiciones como los carnavales que anteceden al miércoles de ceniza, dando inicio a la cuaresma. Por ejemplo, el Carnaval de Barraquilla, es una fusión de lo profano con lo sagrado, caracterizado por los llamativos disfraces y coloridos vestuarios. La advocación a la Virgen del Carmen en Quibdó, se celebra mediante procesiones terrestres, acuáticas y fiestas.
Para la cultura afrocolombiana el mundo religioso se expresa continuamente en la vida, mediante manifestaciones de fe y acción. Estas expresiones dogmáticas vienen dadas por la devoción a los santos, oraciones, leyendas, imágenes, símbolos y rituales con enseñanzas morales. Entre estas prácticas se encuentran el uso de la magia y brujería para atacar enemigos o atraer la buena suerte. También la hechicería se emplea contra la envidia, conquistar un amor imposible o lograr un aumento del salario. A pesar ello, la cultura afrocolombiana asimiló los rasgos fundamentales del catolicismo como el amor a Dios y al prójimo. Igualmente están presentes el sentido sagrado a la vida, a la dignidad, a la solidaridad y a la celebración.
La relación con Dios se expresa a través de mediadores como la virgen, los santos o los difuntos convocados en celebraciones de índole sobrenatural. En ellas se unen ingredientes primordiales como la música, danza y alegría para dar origen a una comunión con Dios.
Todo esto conforma la herencia espiritual que caracteriza a la cultura afrocolombiana.
Manifestaciones de la cultura afrocolombiana.
Han sido importantes los aportes de la cultura afrocolombiana para nutrir el folclore de Colombia, desde su música, bailes y creencias. Siendo la población de San Basilio de Palenque, un testimonio de las costumbres de los primeros afrocolombianos libres. Donde son tradicionales rituales como el lambalú, una ceremonia fúnebre de nueve días que es convocada por medio de tambores. El lenguaje criollo palenquero, una combinación del español con bantú africano, portugués y francés. De igual manera, la música palenquera es alegre y se expresa con bailes como el entrompao, pa raíto, mapalé, champeta.
Además, la cultura afrocolombiana proliferó por todo el territorio neogranadino hasta nuestros tiempos. Siendo comunes el uso de palabras como marimba, samba, guarapo, mucama, ñapa, mondongo, ñame, conga, ganga, caramba, entre muchas. Otras manifestaciones que surgieron a raíz de los cantos africanos en los campos, fueron el porro o el bambuco. Incluso el vallenato está relacionado a estos cantos durante las jornadas de trabajo, tal vez añorando una patria perdida. En la región costera, de igual manera, los afrocolombianos dejaron su marca en ritmos musicales como la cumbia, bullerengue, abozao.
Pero la columna vertebral de toda la música colombiana proviene del ritmo del tambor. Un instrumento que convirtió la expresión musical en una manera de exorcizar todos los problemas del africano con los colonos, y que criollos marginados e indígenas, seguían bajo el mismo sentimiento de desasosiego.
Cabe incluir el notable arte de los tejidos elaborados con hojas de palma, de igual forma las prácticas médicas con curanderos acompañadas de bailes hipnotizantes como el batuque. O esas mujeres que con una gran habilidad llevan pesadas ollas y cantaros sobre sus cabezas, manteniendo el equilibrio y ese ritmo tan característico de la cultura afrocolombiana.
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