Llenos de originalidad tanto por su pronunciación como por su escritura, los nombres africanos poseen grandes significados muy relacionados con la sociedad de esta cultura.
Cómo se eligen los nombres africanos.
Conforme a las tradiciones, la imposición de los nombres africanos, según su significado, condiciona la actuación de la persona ante la colectividad, en tal sentido, cada nombre está cargado de una implicación trascendental, siendo otorgado exclusivamente por los miembros mayores de la familia.
Para los africanos, también suponen un contacto directo con los antepasados y una resistencia contra los nombres puestos por la hegemonía colonizadora. De acuerdo a ello, para su correcta colocación, se toma en cuenta la etnia de origen, las circunstancias del parto o el nacimiento y los rasgos de la personalidad.
Algunos nombres africanos y su significado.
Entre la extensa cantidad de nombres africanos, algunos de los más conocidos son los siguientes:
Ashanti: natural de Ghana, se refiere a una tribu que gobernó en esta región hasta principios del siglo XX, recordando al único pueblo de la cultura de África que se opuso a la invasión europea, igualmente, hace referencia al agradecimiento, de esta manera, la persona que lo lleva se caracteriza por tener una naturaleza serena y tímida, viviendo su vida en búsqueda del amor.
Dakarai: es un nombre egipcio cuyo significado es hombre feliz, así, la persona tiene un pensamiento convincente, alta responsabilidad moral, espíritu conversador y apegado a la vida comunitaria.
Faraji: procedente de la lengua tanzana suajili, manifiesta el sonido de una antigua vos que se interpreta como consuelo, además, se refiere al hombre que busca la estabilidad con trabajo y dedicación.
Adisa: oriundo de Nigeria, se refiere al hombre que habla claro pero suele entenderse como alguien que nos enseñará, a tal efecto, expresa su compresión hacia los demás, despertando simpatías y antipatías, igualmente, le gusta resolver los problemas ajenos y dar amistad.
Babatunde: nativo de la etnia yoruba de Nigeria y Benín, se manifiesta como el padre ha regresado, representando a la expresión por medio de la investigación y la comprensión del pensamiento y de la vida misma.
Finalmente, aunque la palabra África no es uno de los nombres africanos, sino que más bien, proviene del latín afer o afri, refiriéndose a un término usado por los romanos para calificar a los habitantes de la costa norte del continente, como tunecinos o argelinos, muchas mujeres lo llevan por nombre, calificándolas de soñadoras y con grandes virtudes como la amabilidad, la tolerancia o la capacidad de ayudar a otros.
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