Venerando tanto a la naturaleza, como a una gran cantidad de figuras, la artesanía de los tarahumaras, se llena de una armonía indescriptible para representar su legado ancestral.
Aspectos generales de la artesanía de los tarahumaras.
Habitualmente la labor de producción de la artesanía de los tarahumaras comienza cuando se terminan las tareas más pesadas durante el día, como cultivar la tierra, transportar el agua, cazar o buscar plantas medicinales.
Así, esta actividad vinculada a la adoración del sol, satisface las necesidades familiares cotidianas y los diferentes rituales que se realizan en la comunidad, de esta forma, cada pieza es un objeto con una función determinada en su vida.
Precisamente, entre estos elementos artesanales, se encuentran los canastos tejidos de palma, los ceramios diseñados con complicadas figuras geométricas, los textiles con sus desbordantes dibujos de flores o figuras humanas, además, trabajos en madera tallada e instrumentos musicales.
En los últimos años, el excedente de las artesanías rarámuris, es puesto a la venta para los turistas que visitan los poblados norteños mexicanos, como Creel, Carichí, Batopilas, Guachochi y Bocoyna; algo que representa un ingreso adicional, en la compra de productos de primera necesidad para la población.
Cuáles son las principales manifestaciones de la artesanía de los tarahumaras.
Entrando en detalle, entre algunas de las importantes labores artesanales de la cultura tarahumara, se encuentran los instrumentos musicales fabricados en madera de pino y decorados con siluetas de animales, como arpas, tambores, y violines.
También, con los textiles confeccionados por las mujeres, a base de algodón, logran camisas y faldas de colores estampados muy vistosos, mientras, los hombres, usando la lana, realizan las impresionantes mantas, tejidas a mano.
La artesanía de los tarahumaras, maneja el tradicional tejido de la palma con una auténtica habilidad, usando agujas de pinos y fibras de maguey para elaborar cestas, canastos, fruteros, platos, jarrones y joyeros, los cuales ofrecen durabilidad y un acabado muy refinado.
Adicionalmente, con la actividad alfarera consiguen producir jarrones, ollas o tazas, hechos en barro cocido y decorados en colores, como el negro, ladrillo, marrón o cobre, e incluso adornados con cuerdas o cueros.
Del mismo modo, los carpinteros rarámuris, con la madera extraída del táscate, encino y madroño, realizan tallados de juguetes, escaleras, figuras, muebles, artículos para la cocina, y hasta, las típicas muñecas mexicanas con vestidos de tela.
Por tanto, la artesanía de los tarahumaras, plagada de una rica información que data de muchos años atrás, se ha convertido en una importante fuente de sustento económico para esta cultura.
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