Los pueblos de Mesoamérica lograron grandes avances, entre ellos destaca la astronomía maya, siendo pocos los antiguos astrónomos que calcularon los movimientos cósmicos como lo hizo la cultura maya.
Sus acertados cálculos astronómicos y matemáticos estuvieron vinculados profundamente a la religión y a los presagios, permitiéndoles a los sacerdotes saber la voluntad de los dioses que se ocultaba detrás los fenómenos naturales. Ello influyó tanto su vida cotidiana que fue determinante en la construcción de las pirámides mayas, el establecimiento del calendario maya, las actividades ceremoniales y las labores de siembra.
Los principales cuerpos celestes en la astronomía maya.
Los mayas no gozaban de instrumentos complejos para observar las posiciones de los cuerpos celestes, sus observaciones se hacían a simple vista. Principalmente la astronomía maya se interesó en contemplar y estudiar los movimientos del Sol, la Luna y Venus, como podemos ver a continuación:
Sol.
Fue el astro más importante en la cultura maya, reconocida como el dador de la fuente de vida en la tierra, que era representado por el dios Kinihc Ahau o Señor del Ojo Solar. Los mayas llegaron a calcular con mucha precisión tanto la puesta del Sol como su ocaso, e incluso determinaron la duración del año solar en 365 días.
Luna.
Siendo otro objeto celeste de gran interés para los mayas, fue representado con la imagen de una deidad llamada Ixchel, quien tenía una poderosa influencia sobre los sucesos de la naturaleza. En este sentido, llevaron un registro de las lunas llenas consecutivas, obteniendo que habían 149 lunas en un lapso de 4.400 días, dando un promedio lunar de 29,53 días, que representa la media real.
Venus.
Este planeta fue de gran atracción para los mayas, existiendo la creencia que estaba conectado con el dios Quetzalcóatl. Detectaron que Venus aparecía en la mañana y en la tarde durante todo el año, y que su órbita duraba 584 días, una cifra muy cercana a la real que es de 583,92.
Las constelaciones y los eclipses en la astronomía maya.
La astronomía maya también calculó el período orbital de planetas como Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno, así como una serie de constelaciones y eclipses. Por ejemplo, las Pléyades aparecen en el cielo diurno a finales de abril, en ese momento, los mayas iniciaban la temporada de sembradío. Otras constelaciones significativas para esta cultura eran el Cinturón de Orión, Casiopea y Crux.
En cuantos a los eclipses solares conocidos como chi’ ibal kin, representaban una fuente de angustia. Pero realmente lo más asombroso fue la determinación de estos fenómenos en base a los movimientos del Sol y la Luna.
De esta manera los mayas, con sus conocimientos astronómicos dejaron, grandes tesoros que son reconocidos a nivel mundial.
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