Actualmente se estima que unas 300 millones de personas alrededor del mundo pertenecen a la cultura indígena. Repartidos entre más de 5 mil pueblos con su propia forma de ver la vida y tradiciones. Al respecto, la OIT ha establecido claramente en el convenio 169, el reconocimiento de las comunidades indígenas en relación a sus costumbres, ocupación geográfica e identidad, respetándose la conservación de sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas.
En un sentido amplio, la palabra indígena se refiere a aquello que es propio de una población originaria del territorio el cual habita, ya que su presencia en el mismo antecede de otros pueblos o resultan originarios. También se emplea para citar a las culturas que conservan tradiciones anteriores a las del mundo moderno.
Así, hoy representan una minoría en los países donde habitan, además, muchas se han negado a cambiar sus hábitos. A pesar de las persecuciones y violaciones sufridas, han resistido defendiendo, promoviendo y promulgando sus derechos en el mundo entero.
Sur América, Centro América y la cultura indígena.
Aproximadamente las comunidades indígenas en América del Sur y Centroamérica alcanzan unos 50 millones de personas, repartidas en 400 tribus. Siendo los países con mayor densidad de aborígenes: Perú, Guatemala, Bolivia y Colombia. Conformada por etnias provenientes de los andinos, mayas y caribes, así tenemos:
Perú.
Se distinguen 55 pueblos originarios distribuidos entre la sierra andina, que cuenta con una gran población aymara o quechua, y el resto en la selva amazónica. En este sentido, muchos poblados de la región amazónica nunca fueron conquistados, pero constituyen una mayoría en 5 provincias peruanas. Cada una de estas comunidades indígenas posee su propio lenguaje, territorio y una forma de vivir, con legados que han mantenido a través del tiempo. A pesar de ello, la cultura indígena en Perú representa la cara más sombría de la pobreza y el abandono.
Guatemala.
Constituye el hogar de 24 etnias, con predominio maya, entre las que se encuentran achi, chalchiteco, itza, mopan y uspanteko. Las cuales enfrentan grandes limitaciones, a pesar de representar la gran mayoría y contribuir activamente en la economía del país.
Bolivia.
Coexisten desde tiempos remotos más de 33 comunidades indígenas, entre las nevadas de los Andes y los llanos del Chaco Moran, como la aymara, quechua o guaraní. Últimamente, el Estado boliviano ha reconocido sus características peculiares, como una riqueza y ventaja para el desarrollo del país.
Colombia.
Más del 3% de la población colombiana es indígena, distribuida en 87 tribus como los wayúu, senú, pasto, nasa, coyima y awá, la cuales representan la mayor densidad. Sus costumbres se basan en los conocimientos ancestrales heredados, que han sido reforzados para combatir el modernismo. Hoy día, no contando con un reconocimiento por parte del Estado, no poseen derechos autónomos.
Norte América y la cultura indígena.
En Norte América la densidad poblacional de la cultura indígena, es liderizada por México, y seguida por los Estados Unidos, de acuerdo a ello:
México.
La cultura indígena mexicana conformando la mayor riqueza autóctona, alcanza unas 15 millones de personas distribuidas en 56 grupos diferentes. En disparidad con otros países de la región, el idioma indígena ha sido declarado como oficial conjuntamente con el español. De esta manera muchas de las tradiciones ancestrales se mantienen vigentes en combinación con un legado cultural palpable.
Entre las etnias más destacadas están los náhuatl, mayas, zapotecos, mixtecos, otomíes, totonacas, tzotzil, tzeltal, mazahuas, mazatecos, huastecos y choles. Como descendientes de las sociedades mesoamericanas, se caracterizan por las arraigadas costumbres como la siembra del maíz, artesanías, metalurgia y una expresión religiosa combinada con el catolicismo.
Estados Unidos.
Denominados oficialmente como indios americanos, aproximadamente 10 millones habitan ocho regiones dentro del territorio de Estados Unidos. Entre los más reconocidos están los cherokee, choctaw, creek y oyate, caracterizados por su diversidad y estilo de vida. Como habitantes originarios han logrado perdurar en el tiempo, beneficiándose en la actualidad con consideraciones especiales, en base a que su notable herencia forma parte de la cultura y tradiciones norteamericanas.
La cultura indígena en Europa.
Con una occidentalización bastante marcada, en Europa no se consideran las etnias originarias como indígenas. Sin embargo, sí existen evidencias de la cultura indígena, como por ejemplo, los sami o pueblo lapón. Una comunidad de 80 mil habitantes que se extiende entre Noruega, Suecia y Finlandia al noreste de Rusia. Quienes conservan desde tiempos ancestrales una cantidad de costumbres, que van desde su dialecto hasta sus actividades rutinarias. Este pueblo ha reclamado su consideración como indígenas, y con ello la autonomía y los derechos que ello le confiere. En este sentido, Noruega ha reconocido estas peticiones de acuerdo a las resoluciones de la ONU.
Otros casos de cultura indígena en Europa son los pueblos nativos de los Montes Urales, como los nenets y los komis. Que han sido considerados por Rusia como nativos indígenas, reconociendo su lengua y sus tradiciones del antepasado.
Por otra parte, se encuentra el caso de los vascos como cultura indígena, que aún está en discusión. El País Vasco es una comunidad autónoma española, cuyo territorio está ubicado en el Golfo de Vizcaya, entre Francia y España, poseyendo como lengua autóctona el euskera, además de un origen étnico remoto y diferente a las regiones cercanas.
Asia y la cultura indígena.
Conforme a las estadísticas de la ONU, dos tercios de la población asiática están compuestos por poblaciones con cultura indígena. A pesar de que existe una independencia jurídica de estos pueblos, se ven afectados al no ser reconocidos y excluidos. Los países asiáticos con mayor número de comunidades indígenas son:
India.
Es el país de Asia donde se encuentran la mayor parte de etnias indígenas, usándose el término adivasi para distinguirlos. La Constitución de la India reconoce a 650 grupos tribales entre los que se encuentran andhra pradesh, assam, bijar, guyarat, himachal, karnataka, kerala, madhya pradesh y maharashtra. A pesar de ser grupos minoritarios, poseen una estructura heterogénea y dos organizaciones que los respaldan. Sin embargo, la inestabilidad política, económica y social de su jerarquía interna, los ha llevado a una situación de marginación.
Bangladesh.
Posee alrededor de 3 millones de habitantes considerados indígenas, ubicados al norte del país, en las colinas de Cittagong. Llamados jummas, debido a que se dedican a la agricultura de rotación de cultivos, una tradición milenaria junto a su idioma el jum. Sobresaliendo los bawm, chakma, chak, khyang, khumi, lushai, marma, pankhu, taungchangya y tripura, son grupos expuestos a una exclusión extrema.
Japón.
Destacan dos etnias principales, los ainus y los okinawenses, que se encuentran repartidos a lo largo del archipiélago nipón. Para estas tribus que siguen la cultura ryukyuan, la naturaleza juega un rol importante, siendo los kamui o espíritus de la naturaleza a quienes veneran.
Otros aborígenes del continente asiático son los gaoshan en Taiwán, y los lahu, akha, lisu, hmong y mien, que son nombrados de diferentes maneras, de acuerdo al territorio donde se encuentren, como Tailandia, Laos, Myanmar, Vietnam y China.
Oceanía y la cultura indígena.
Originariamente numerosos países de Oceanía estuvieron poblados por los polinesios, melanesios y micronesios, por miles de años. Pero la colonización occidental introdujo nuevas formas ajenas a la vida de la cultura indígena nativa.
Contrariamente a otros lugares, la cantidad de aborígenes de Oceanía, representan una mayoría con respecto a los descendientes de la colonización, en países como Papúa, Nueva Guinea, Vanuatu, Islas Salomón, Fiyi, Samoa, Tonga, excepto en Australia y Nueva Zelanda. Encontrándose en estas dos últimas naciones las principales comunidades indígenas:
Australia.
Tiene en su haber un gran número de tribus como los anangu, nunga, palawah, koori, murri, noongar, yamatji, wangkai, yapa, yolngu. Estos grupos que suman un poco más del 2% del total de la población, son descendientes de los habitantes originarios.
Nueva Zelanda.
Básicamente destaca la presencia de los indígenas maoríes, un pueblo nativo que representa el 14% de la población. Cuyas manifestaciones culturales se han convertido en un atractivo turístico, resaltando la danza haka y las artes creativas como el tejido y tallado.
Otras etnias son asmat y etoro en Nueva Guinea, rapanui en la Isla de Pascua, y los chamorros en Guam.
La cultura indígena en África.
Llamada la cuna de la humanidad, el continente africano está plagado de diferentes comunidades indígenas, como:
Pigmeos: cazadores-recolectores que habitan las selvas tropicales del Congo, su principal característica es la altura física de 1,50 metros.
Bosquimanos: conforman 95.000 aborígenes repartidos entre Botsuana, Namibia, Angola, República Sudafricana, Zambia y Zimbabue. Se distinguen por el uso de chasquidos al hablar.
Masáis: es una cultura indígena originaria de Kenia y Tanzania, muy conocidos por sus bailes de saltos y adornos artesanales.
Suri: denominada también surma, habitan al sudoeste de Etiopía y Sudan del Sur, se destacan por cuidar celosamente su territorio, manteniendo vivas sus tradiciones. Las mujeres se colocan en el labio inferior una especie de plato a modo de dilatación.
Zulúes: una etnia que se localiza entre Lesotho, Malawi, Mozambique y el norte de Sudáfrica, donde poseen igualdad de derechos como cualquier otro ciudadano.
Adicionalmente otras comunidades indígenas son los malgaches en Madagascar, herero en Angola, Botsuana y Namibia, tuaregs del desierto de Sahara.
Finalmente, son pocos los países que cumplen cabalmente los convenios internacionales de protección a la cultura indígena, que simplemente se ajustan al respeto de su territorio, tradiciones, costumbres y derechos humanos.
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